Con su pelo revuelto, ojos azules brillantes, su sonrisa perfecta.
Dejarme decir.. Iba jodidamente perfecto. Dí un salto y me abalancé sobre él que terminó cojiéndome por los muslos y yo posando mis brazos alrededor de su cuello y hundiendo mi cabeza sobre el.
Me abrazó lo más fuerte posible presionandome sobre su pecho.
Levanté la vista y me encontré con sus labios a los que directamente me dirigí. Un beso cálido, apasionado salió desde lo más profundo de mi. Ni siquiera me reconocía a mi misma.
-¡woow!-exclamó-que bienvenida Lu. Así voy a venir todas horas.
Reí. Puse los pies en el suelo y me bajé de él.
-Nah, es que tenía ganas de verte-puse los ojos como un cachorrito pequeño.-¿Tu a mi no?
-Yo a ti?...Pues la verdad es que no.-le miré unos instantes un tanto confusa-Que es broma tonta.
-Vale. Pensé.-dije cortante.
Entramos a casa y volví al problema que tenía antes. La comida. Aunque ahora tenía aquí conmigo a Niall así que me ayudaría a escoger. «Creo que haré una tortilla de patatas» pensé. Y así hice, saqué del frigorífico los huevos necesarios y mandé a Niall a buscar patatas.
-¿Sabes cortar en trocitos la patata para luego freirla?-Pregunté
-No, pero si me enseñas...-con mucho gusto-te ayudo.
-Está bien.-Empecé a explicarle como se hacía mientras él hacía chiquilladas que me desconcentraban de lo que le estaba intentando decir.-¿Quieres escucharme?-grité.
Odiaba cada vez que estaba hablando con alguien que no me hiciera caso.
-Eh, Lu-se calmó y se puso serio-No te enfades vaaaa-dijo alargando unos segundos la última palabra.
-Me gusta que me llames así.
-Lo sé
Reí.
Supongo que la tortilla no salió deliciosa como esperaba almenos comestible. Era imposible hacer que Niall se pusiera serio. Estuvo todo el rato imitándome y haciéndome reir cada segundo. Imaginaros como salió todo. Un desastre, por poco se quema.
-Después de todo...-Dijo Niall mientras comía un trozo de la tortilla-No está nada mal. Claro que si la he hecho yo, como ha de estar sinó...
No fue una comida de más allá, pero sólo estar con él ya era especial.
Pasamos la tarde jugando con Peter y Anne hasta que vino Martha a por ellos. Vimos una película para niños pero aún así me divertí, reviviendo mis momentos infantiles de aquellos tiempos pasados.
Sentada a su lado, me rodeó cruzando el brazo por detrás de mi espalda quedando acurrucada en él.
Reimos, gritamos y lloramos como unos niños pequeños.
Peter de vez en cuando se giraba para mirarnos y soltaba carcajadas. En cambio Anne se había dormido en mis brazos. Parecíamos una familia, pasando una tarde agradable en su casa.
Martha llegó a eso de las 7.30 pm. Me agradeció haberme quedado con sus hijos esta tarde.
-Estamos solos-dijo con doble intención.
-¿Y?-pregunté haciendo como si nada me imaginase.
-Esto- dijo.
Acto seguido se abalanzó sobre mi y empezó a darme pequeños besos por el cuello; mordiscos por la oreja hasta llegar a la comisura de mia labios.
-Niall-dije apartándolo con una mano de mi- Pueden venir en cualquier-me calló con un profundo beso, lento, lleno de pasión por parte de los dos.
Dejarme decir.. Iba jodidamente perfecto. Dí un salto y me abalancé sobre él que terminó cojiéndome por los muslos y yo posando mis brazos alrededor de su cuello y hundiendo mi cabeza sobre el.
Me abrazó lo más fuerte posible presionandome sobre su pecho.
Levanté la vista y me encontré con sus labios a los que directamente me dirigí. Un beso cálido, apasionado salió desde lo más profundo de mi. Ni siquiera me reconocía a mi misma.
-¡woow!-exclamó-que bienvenida Lu. Así voy a venir todas horas.
Reí. Puse los pies en el suelo y me bajé de él.
-Nah, es que tenía ganas de verte-puse los ojos como un cachorrito pequeño.-¿Tu a mi no?
-Yo a ti?...Pues la verdad es que no.-le miré unos instantes un tanto confusa-Que es broma tonta.
-Vale. Pensé.-dije cortante.
Entramos a casa y volví al problema que tenía antes. La comida. Aunque ahora tenía aquí conmigo a Niall así que me ayudaría a escoger. «Creo que haré una tortilla de patatas» pensé. Y así hice, saqué del frigorífico los huevos necesarios y mandé a Niall a buscar patatas.
-¿Sabes cortar en trocitos la patata para luego freirla?-Pregunté
-No, pero si me enseñas...-con mucho gusto-te ayudo.
-Está bien.-Empecé a explicarle como se hacía mientras él hacía chiquilladas que me desconcentraban de lo que le estaba intentando decir.-¿Quieres escucharme?-grité.
Odiaba cada vez que estaba hablando con alguien que no me hiciera caso.
-Eh, Lu-se calmó y se puso serio-No te enfades vaaaa-dijo alargando unos segundos la última palabra.
-Me gusta que me llames así.
-Lo sé
Reí.
Supongo que la tortilla no salió deliciosa como esperaba almenos comestible. Era imposible hacer que Niall se pusiera serio. Estuvo todo el rato imitándome y haciéndome reir cada segundo. Imaginaros como salió todo. Un desastre, por poco se quema.
-Después de todo...-Dijo Niall mientras comía un trozo de la tortilla-No está nada mal. Claro que si la he hecho yo, como ha de estar sinó...
No fue una comida de más allá, pero sólo estar con él ya era especial.
Pasamos la tarde jugando con Peter y Anne hasta que vino Martha a por ellos. Vimos una película para niños pero aún así me divertí, reviviendo mis momentos infantiles de aquellos tiempos pasados.
Sentada a su lado, me rodeó cruzando el brazo por detrás de mi espalda quedando acurrucada en él.
Reimos, gritamos y lloramos como unos niños pequeños.
Peter de vez en cuando se giraba para mirarnos y soltaba carcajadas. En cambio Anne se había dormido en mis brazos. Parecíamos una familia, pasando una tarde agradable en su casa.
Martha llegó a eso de las 7.30 pm. Me agradeció haberme quedado con sus hijos esta tarde.
-Estamos solos-dijo con doble intención.
-¿Y?-pregunté haciendo como si nada me imaginase.
-Esto- dijo.
Acto seguido se abalanzó sobre mi y empezó a darme pequeños besos por el cuello; mordiscos por la oreja hasta llegar a la comisura de mia labios.
-Niall-dije apartándolo con una mano de mi- Pueden venir en cualquier-me calló con un profundo beso, lento, lleno de pasión por parte de los dos.
